viernes, 15 de julio de 2016

Juan Minujin: "Lo más interesante es la contradicción"



Elogiado por la crítica, protagoniza la ya premiada “El marginal”, por Canal 7, en un personaje totalmente opuesto a su Segundo de “Viudas ...” Los secretos de un actor versátil como pocos






De Segundo, el acomodado personaje gay que interpretaba en la exitosaViudas e hijas del rock and roll (Telefe) saltó a un papel tumbero; ahora es Pastor, el recio protagonista de El marginal, la serie que va los jueves (a las 22.30) por Canal 7, y que ya obtuvo algunos premios internacionales.

Claro, son apenas las dos últimas escalas en la extensa y versátil carrera de Juan Minujin, que a los 41 años construye sin respiro un extenso y variado currículum como actor en cine, televisión y teatro. Aunque también dirige, sólo cuando puede.

“Mi oficio es la actuación, la dirección es una aventura que me satisface”, dice el sobrino de la artista Marta Minujin, que fue un enfermo de sida sadomasoquista en Un año sin amor, de Anahí Berneri, que en Vaquero, su primer largo como director, se ocupó del “costado más patético y miserable de los actores, criticando con humor, no con desprecio, algo que también está en mí”, y que el año pasado estrenó Focus, un tanque de Hollywood en el que compartió escenas con Will Smith. Pero eso es historia.

Ahora está en otra Minujin. Y el ejemplo es esta charla, que transcurre en el atiborrado bar de Telefe. Allí almuerza el elenco completo de Loco por vos, adaptación de Mad About You, la exitosa sitcom estadounidense de los noventa que tiene al actor como protagonista en dupla con Julieta Zylberberg. La veremos en un futuro muy próximo. Agosto, a más tardar en septiembre.

Así ocurre, generalmente, en el mundo de la TV y el cine: los protagonistas deben hablar de un pasado que es presente para los espectadores. Hacia allá vamos con Minujin, hacia la cocina de su historia marginal en la que interpreta a un policía infiltrado en la cárcel, con el sello de los hermanos Ortega.

¿Qué te dio Pastor, tu personaje en “El marginal”, tan distinto a Segundo en “Viudas ...”?

Me permitió encarar un personaje que tiene una expresividad muy distinta a la mía, y a los otros personajes que venía trabajando. Es más hosco, retraído, alguien que creció escondiendo lo que le pasa, un tipo muy reservado. Hay un estado de alerta que es visible en Pastor que no estaba presente en Segundo. Aunque los dos escondían algo, tenían una vida secreta que se iba a empezar a develar, eso es lo lindo de ambos papeles.

Esa vida oculta de los personajes, ¿te ayuda a componerlos?

Son motores muy ricos para actuar. Contradicciones internas, personajes a los que les gustaría que les guste otra cosa pero que su naturaleza va por otro lado. Para mí lo interesante siempre es la contradicción que tienen los personajes. Porque es lo que me pasa a mí, quiero una cosa pero a la vez quiero otra.

¿Cuánto influencia el contexto, la clase social del personaje?

La clase social del personaje me parece un aspecto. Uno más. Hay que tenerlo en cuenta, pero sin que te marque el recorrido del personaje. Si no, empezamos a estereotipar.

¿Trabajan conscientemente contra el estereotipo?

Lo trabajamos, pero no es ninguna ciencia. Si uno observa la realidad en detalle, sus singularidades, ya se corre del estereotipo.

¿Qué seduce de ese mundo marginal al público?

Más allá del contexto, la cárcel como lugar desconocido para mucha gente, hay una trama policial muy interesante. Esta vez mi hermana me pide que no le cuente, que la está siguiendo. No me pasó mucho. Además, está la mano de Sebastián Ortega y de Luis Ortega, que logran un combo de mucha calidad y sensibilidad.

Parece estudiado el equilibrio entre actores y no actores, ¿qué aportan ellos?

Estamos más o menos empatados los actores con los no actores. Pero cuando uno va a una cárcel, hay de todo. Acá hay varios no actores que estuvieron presos, pero se da un intercambio como el de cualquier trabajo. Cuatro meses juntos y ya no hay mucha distinción.

En la cárcel se trastocan las jerarquías sociales, la construcción del poder es distinta, ¿hay una crítica social sobre el tema?

La estructura social de clases se replica en una cárcel. Al protagonista lo mandan a la villa del penal, el lugar más desclasado. Son más descarnados, pero el juego de conveniencias y de poderes se asemeja a lo que puede pasar en un barrio. Tampoco es una serie denuncia, sino que te muestra algo con una poética determinada y vos podés asociar de distintas cosas.

El hecho de que sean varios directores, ¿le quita personalidad a la serie, se puede trabajar con tantas batutas?

Por un lado Sebastián (Ortega) y Pablo (Culell) son productores que están muy encima de los detalles. En la previa, en el rodaje, y en la post producción del ciclo. Eso le da muchísima claridad. Hay una cabeza que ve hacia dónde va. A eso se le suma la singularidad de Luis (Ortega), una persona con una libertad expresiva enorme. Yo siento que hay una claridad en el ciclo, no superposición de directores. Después vinieron Mariano Andaraz, Alejandro Sancio y Javier Pérez, pero la primera impronta de Sebastián y Luis se mantuvo.

La serie, pese a su gran calidad, en Canal 7 apenas supera los dos puntos de rating, que serían muchos más en la pantalla de Telefe ...

Fue un proyecto producido por la televisión pública. Un canal que no es competitivo en el mercado. Su función no es depender del rating y está bueno que así sea. En un canal comercial seguro habría medido más. Pero lo que menos me preocupa es eso, luego hay repeticiones y circula por plataformas de streaming.

¿Buscaste verte en este rol, tan distinto a otros?

Lo busqué. Pedí leer el guión. Había otro actor, pero avisé que si se caía, yo estaba. No por convertirme en un actor versátil. A mí me interesa que la gente pueda ver a través de mi trabajo el proceso humano de una persona. Cuanto más complejo, me interesa más. Si tengo que llevar de la mano al espectador a que vea cómo mato a alguien, es un desafío personal ver cómo llego a eso. Lo pienso desde ese lado, no desde alternar comedia y drama. Mi desafío actoral es hacer un retrato humano interesante y complejo, en comedia o drama.

"Loco por vos", lo que viene

Serán 70 capítulos de media hora a partir de agosto o septiembre, por Telefe, la apuesta inicial de Loco por vos, adaptación de la exitosasitcom estadounidense Mad About You. Lo protagonizan Julieta Zylberberg y Juan Minujin, en reemplazo de Helen Hunt y Paul Reiser, la pareja original que durante siete años llevó sus desventuras a la pantalla. “Es el opuesto de El marginal”, adelanta Minujin mientras señala a sus compañeros de elenco. Zylberberg, Fernán Mirás, Marina Bellati, Agustina Lecouna, Damián Dreizik... también almuerzan apurados en el bar. “Son las desventuras de un matrimonio de recién casados, con todas las tensiones, placeres y problemas de la convivencia”, sintetiza el actor, que será un documentalista como en la serie original. “Construimos personajes locales, reconocibles para la gente”, aclara. Y vuelve sobre el tema central, dos personas que enfrentan pequeños problemas, sobre los que se pone la lupa. “Que eche demasiada sal a la comida repercute en los celos, la infidelidad, lo relativo al amor”, desgrana Minujin. Y avisa que sigue escribiendo una película suya: “Es en tono de comedia ácida, si es para criticar a alguien prefiero criticarme a mí”.
Juan Minujin y Julieta Zylberberg. Selfie en las grabaciones de "Loco por vos".

"Sigo activo, pero nunca fui militante"

Fue uno de los oradores elegidos en la primera marcha por el Ni una menos, acompañó a Cristina Fernández en su despedida de los actores en la quinta de Olivos y participó de varias polémicas del ambiente sin sacarle el cuerpo. “Sigo activo, tengo un punto de vista particular pero nunca fui un militante”, asume Minujin, hijo orgulloso de sus padres exiliados, primero en Inglaterra y luego en México hasta 1983. “Como ciudadano, me parece bueno que todo el mundo participe de la política, más allá de lo partidario”, dice. ¿Y más allá de las consecuencias? “Cada vez que asumimos una posición, hay consecuencias. Pero es difícil intercambiar ideas”, dice el actor. Explica también que modifica su punto de vista a partir de lo que ve y del intercambio de ideas con otras personas. “Hay algo muy encendido en que está mal opinar, eso sí me parece que es pobre democráticamente.”, dice, y repara en las redes sociales, fuentes de ataque permanente. “Tengo ideología, tomo decisiones políticas, pero respeto mucho la militancia, no dispongo del tiempo que requiere”.

Fuente: Clarin

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